viernes, 17 de octubre de 2008

CARTAS, SIEMPRE CARTAS


Los géneros literarios me gustan todos y cada uno, como me ocurre con la música, para momentos distintos. Uno de mis preferidos es el epistolar, por eso me han regalado LA CORRESPONDENCIA, de Lev Tolstói.
Es un tomo de 854 páginas, incluidos índice, prólogo y presentación del libro.
La primera página se abre con una frase de Tolstói que es todo un tratado de vida:
"Para vivir honradamente es necesario
desgarrarse,confundirse, luchar,
equivocarse, empezar y abandonar
y de nuevo empezar y de nuevo abandonar;
y luchar eternamente y sufrir privaciones.
La tranquilidad es una bajeza moral.

El libro contiene muchas y diversas cartas, pero he elegido una de las que aparecen como dirigidas a un amor que tuvo antes de contraer matrimonio. Por lo que dice de ella debía de ser una joven un tanto frívola. ¿Os imagináis al serio y grave Tolstói llamando "pichoncita" a alguien, pues leed:

A Valeria Vladimirovna Arsénieva
Petersburgo, 23/24 de noviembre de 1856

Acabo de recibir su maravillosa, su deliciosa carta del 15 de noviembre. No se enoje conmigo, pichoncita, si la llamo así en las cartas. Esta palabra le va extraordinariamente bien al sentimiento que usted despierta en mí. Justamente, pichoncita. No se imagina cuántas veces, mientras conversaba con usted, he tenido una ganas terribles de llamarla así. y no de otra manera, no, precisamente así. Esta carta debería ser breve -si no me entusiasmo- porque tengo un montón de cosas que me urgen y que me atormentan, por lo que llevo varios días sin poder conciliar el sueño por la noche. Usted sabe que firmé un acuerdo con EL CONTEMPORÁNEO, conforme que sólo publicaría con ellos a partir de 1857. Pero también prometí a Druzhinim y a Kraevski alguna cosa para los ANALES DE LA PATRIA y debo tenerlo listo antes del primero de diciembre, Para Druzhinim escribí un relato corto, pero no estoy contento con el que tengo para Kraevski. Lo tengo escrito, pero no estoy satisfecho, siento que debo rehacerlo y no tengo tiempo y no estoy de humor y sin embargo estoy trabajando (Lla mañana del Terrateniente), Por un lado tengo que cumplir mi palabra, por el otro temo echar a perder mi buen nombre en literatura y que aprecio, tengo que reconocerlo, tanto como a una damita que usted conoce.

(...) En este estado de ánimo me encontró su carta que me consoló de mis aflicciones. Que importa lo demás mientras usted me quiera y sea como quiero verla, es decir excelente; y por su carta tuve la impresión de que me ama y de que está empezando a entender la vida con un poco más de seriedad, a amar el bien y a encontrar placentero estar atenta a sí misma y progresar por el camino de la perfección. Es un camino interminable que continua después de esta vida, un camino delicioso y el único en el que se puede encontrar la felicidad en esta vida. Que Dios la ayude, pichoncita, avance, ame, no me ame sólo a mí sino toda la creación, a la gente, la naturaleza, la música, la poesía y todo lo bello que hay en el mundo y desarrlle su inteligencia para que pueda entender las cosas que son dignas de amor en este mundo. El amor es la primera vocación del hombre y también es la felicidad en el mundo. Aunque lo que voy a decirle no tiene gran cosa que ver co lo que estamos hablando, hay otra razón importante por la que la mujer debe desarrollarse. Además de su vocación de esposa, la mayor vocación de la mujer es ser madre y para ser madre y no GENITORA (¿comprende usted la diferencia?) el desarrollo es indispensable. No se enoje, pichoncita, (me divierte muchísimo llamarla así) por las observaciones que le voy a hacer:
Continuará...
Como la carta al final resultó larguísima, como él ya temía, mejor cortamos por hoy y si tenéis curiosidad seguiré otro día.
A mi juicio, en la poesía y en las cartas es en lo que más se dan a conocer las personas. Es sólo una apreciación mía supongo que discutible y no vinculante.

6 comentarios:

ARCENDO dijo...

Ya sé de donde y porque te viene esa afición epistolar. Preciosa, la del gran escritor ruso. También confieso que he leido poco, me dió más por Dostoievski...
Como siempre de 10, y no es que sea tan duro como tú, sino que espero la continuación de la carta para darte la Matricula de Honor.
Bueno, te voy a poner tareita para el juego, Cartas amarillas, del inolvidable Nino Bravo.
Besos.

Militos dijo...

me viene de toda la vida. La pena es que ya nadie escribe cartas en estos tiempos. Imagínate que mi noviazgo duró cinco años de Escuela Naval y se alimentó de carta tras carta, salvo en vacaciones, con viaje en Elcano de seis meses. Lo malo es que cuando nos veíamos todo eran riñas, hasta que nos hacíamos uno al otro. Pero las cartas lo salvaban todo.
Por eso adoro las cartas.
Gracias por tu respuesta a Angelito
Ya verás como también encuentro "las cartas amarillas"

Un beso epistolar

ARCENDO dijo...

Oye guapísima... como ves yo no me rajo, lo que pasa es que la cosa está dificil. Besos.

maria jesus dijo...

Aquellos noviazgos a carta diaria....Yo lo tuve en los veranos

Militos dijo...

Hola Maria Jesús ¿A que era más bonito que el móvil?.
Mañana voy a visitarte que hoy es muy tarde. Tampoco me olvido del correo. Un beso guapa

Militos dijo...

Encantada de conocerte amiga Luisa, puedes venir cunado quieras aunque no sé si este blog es tolerado para menores, pero haremos la vista gorda. En cuanto pueda voy a conocer tu blog.
Besitos