miércoles, 16 de julio de 2014

HÚMEDO COMO MI ALMA



Comencé este post en un día lluvioso, recién llegados a ese lugar de La Mancha del que no me queda más remedio  que acordarme, como no me queda más remedio que recordar este  nuevo 16  en el que sumamos  trece  meses sin Capitán, en este mundo blogger al que tanto entregaste que ocupó tanto lugar en tu vida y que ahora tengo la certeza de que Dios te metió en esto no sólo para enseñarnos a descubrir lo maravilloso de la vida como tú lo transmitías en cualquier faceta que tocabas, sino para que al final pudiéramos participar de tu personal y dolorosa pasión y comprobar de que manera la incorporabas a la propia Pasión de nuestro Redentor . 

El campo estaba húmedo y más verde que otros años por estas fechas, húmedo como mi alma está desde que te fuiste y húmedo como mis ojos cada día cuando  se acercan a tu HOJA.
 
 Comencé esta entrada al principio de nuestras vacaciones con la fotografía que  la encabeza  y no pude seguir, demasiadas sensaciones se me acumulaban para transmitirlas con el teclado.


 
Pero hoy la retomo porque sé  que  es un día maravilloso para  ti, nuestra Virgencita del Carmen;  un día de María, a la que ya tanto amabas aquí,  en esta tierra donde quedamos los  que te queríamos y admirábamos tanto, y porque es el nombre de tu querida madre, con la  que debes estar pasando unos ratos  deliciosos. 
 
Además, en parte, también es tu patrona como intrépido navegante,  de todos los mares que has ido surgiendo desde ese navío que era para ti el blog, hacia un horizonte que te impulsaba constantemente a navegar mar adentro, "Duc in altum"
¡Lo conseguiste, Capitán! demasiado pronto para nosotros, pero a su tiempo para ti, al tiempo de Dios.
 
Día grande en el Cielo para festejar a la Estrella de los Mares. Te imagino hoy exultante de dicha. La verdad es que ignoro si en ese Cielo donde vives, los grados de felicidad pueden variar como  en la tierra por las circunstancias o por el contrario, siempre permanecen estables, al máximo para cada uno, sea festivo o diario.
Claro ¿cómo va a ser? si ya el cielo es en sí una FIESTA.
 
Querido Capitán, siempre rezabas por nosotros, por cada uno, hazlo también ahora con más motivo, en la cercanía de Dios Padre y de nuestra excelsa Madre del Carmen, Reina de los Mares, que los que aquí quedamos, sin Capitán, aún nos resta una larga y dura travesía.
 
¡Enséñanos a remar con alegría!