lunes, 19 de enero de 2009

ROMANCE













Hace unos días Terly, El Magnífico, como el que no quiere la cosa, me lanzó un reto para que escribiera una historia de amor entre dos personajes: La Nieve y El Geráneo.


Ya la nieve partió al Kilimanjaro y mi geráneo se quedó abandonado en la ventana, junto a la Planta del Dinero. Esta mañana me puse a indagar en esos amores y llegué a la conclusión de que, a pesar de lo anunciado a bombo y platillo por los telediarios de las cadenas televisionarias, no hubo nada entre ellos y no lo hubo porque examinado de cerca resulta que mi geráneo es geránea. ¿Cómo podría existir un romance entre LA y LA?. Ya sé que despropósitos tales se dan bajo las estrellas de este siglo, pero nunca en mi habitad


¿Cómo he podido yo discernir que mi geráneo es LA y no EL? Si te fijas en la fotografía verás, en su parte alta, despuntando ya los capullos de una nueva flor; muestra palpable de su maternidad. Frente a la nieve, los vientos y los fríos del invierno, la geránea roja ha vuelto a florecer. Es la primera vez que me sucede algo parecido, cuando vivía en el Sur si era normal alguna vez esta floración, pero en Madrid nunca tuve esa dicha, por el contrario sus hojas se volvían marrón rojizo por las bajas temperaturas. Extrañada por el acontecimiento y con una pequeña dósis de vitaminas hormonales, de las que le gusta absorber de manera gulosa, me acerqué amorosamente para entablar una conversación íntima, de planta a mujer, En ella me desveló su misterio.



Sí fue el amor, mas no de nieve, sino de la estrecha convivencia con la que llamamos planta del dinero y en América se conoce como Dolar

Habla la geránea:



"Caían los copos blancos en persecución infatigable, unos detrás de otros, para encontrar su aposento en la calzada, cuando un escalofrío recorrió mis diminutos pétalos que ya comenzaban a cubrirse de nieve. Algo los había rozado suavemente. Temblando y no de frío, sentí que una larga rama cubierta de hojas pequeñas verdes con filo blanco, intentaba rodear mi helado cuerpo. En un principio rechacé su acercamiento, pero al comprobar que su intención era únicamente la de guarecerme del frío, no tuve inconveniente en acurrucarme entre sus acariciantes y protectores brazos.



Cuando cesó la nevada, me encontraba tan cobijada que no quise deshacerme de su amoroso abrazo. De esa manera iniciamos un intercambio de vivencias y sentimientos que se prolongó toda la noche. Me contó él que su verdadero nombre era Plectranthus Coleoides y que hasta ese instante de encuentro conmigo, su vida había transcurrido sumida en la tristeza. Su nacimiento tuvo lugar en la lejana Rusia, en la misma hacienda, Yasuai Poliana de la provincia de Tula, al sur de Moscú, donde nació el fascinate escritor de Guerra y Paz y Anna Karénina . Al morir sus progenitores fue llevado a un enorme vivero donde pensó que su vida transcurriria vegetalmente dichosa. Pero una mañana aciaga que más valía que el sol se hubiese quedado en brazos de Morfeo, apareció entre las plantas un sabio botánico que al verla esplendorosa y brillante quedó prendado de su abundancia de hojas. Con detenimiento y anteojos la examinó minuciosamente para más tarde consultar en sus polvorientos libros de su no menos polvorienta biblioteca. Al regresar al día siguiente, con gran alborozo reveló al dueño del vivero que entre sus rosas, margaritas y dodendros se hallaba la buscada "Planta del Dinero". A partir de ese instante su vida fue convirtiéndose en un verdadero infierno, sus compañeros y compañeras se apartaban de él. La rosa amarilla que en las noches frias de Rusia le buscaba con insistencia, no quiso ya saber de sus amores. ¿Era tan malo el dinero para que le hicieran aquel vacio? ¿Cómo sus antepasados no le revelaron una cruz tan grande? Su pesar le llevó a abandonar aquel recinto donde ya nadie le quería.


Vagó sólo por la estepa rusa y en las proximidades de Siberia, un anciano le acogió bajo su manta gris. Cuando ya estaba amaneciendo, le explicó que su carga era pesada porque el dinero causa grandes males cuando podía repartir el bien en el universo. Emprendieron el viaje a España y de plano comprendió lo que el anciano le había explicado. El pais al que llegaron se encontraba sumergido en la más espantosa de las ruínas, seres escuchimizados vagaban por las calles, niños harapientos pedían limosna... Cansados arrimaron su frente ante un escaparate de televisores y en una pantalla gigante, con un cartel que decía Plasma 1200 euros, pudo contemplar la faz ojerosa de un hombre que no sonreía, por el contrario serio y enfadado gritaba:


"Sí, estamos en una terrible crisis, pero la culpa es del abuso y la avaricia".


_¿Ves ? eso es lo que produce el dinero: abuso y avaricia. Te aconsejo que a nadie confíes tu secreto. Olvida que quien te lleve a su casa verá crecer los euros en abundancia.




Pero entonces, pregunté yo a mi geránea: ¿Ha tomado la decisión de no volver a fructificar en dinero?


_Olvidate Militos, de salir de apuros por medio de mi Plectranhus. Voluntáriamente ha arrancado de sus raices el bulbo que le hacía conceder la opulencia. Por eso mi Plectranhus se siente tan a gusto en tu ventana, escondido junto a tu aparato de aire acondicionado. Tú eres una persona altruista y nunca le tragiste a tu casa por esa cualidad.


_Bueno, si tú lo dices, pero...


_ No hay pero que valga yo te conozco bien.


Tuve que guardar silencio para no desengañar a quien tan buena opinión tenía de mi.

Feliz y confiada mi geránea continuo relatándome su bella historia:



" Aquella noche de espesa nevada, no pude soportar tanto dolor y, al mirarle, derretida y llorosa, comprendí que había llegado mi primer y único amor. Através de la persiana tu cama vacía me dijo que seguías en el ordenador. Ya no tuve reparo en abandonarme al arrullo de sus caricias y susurros amorosos. No era un vulgar capricho, era el verdadero amor. Ante nuestra unión, el cielo se despejó de manera improvisada, las estrellas aplaudían en miles de destellos hasta conseguir traer, en medio de la obscuridad, el esplendor de la Luna llena. Todo un milagro para nuestro incipiente amor porque, segun el calendario, no le correspondía aparecer hasta unos días más tarde. Sin embargo, era imprescindible su presencia porque yo puse el veto a nuestra unión definitiva si no la testimoniaba el astro sol o su satélite lunar. Deseaba que nuestra vida en común fuera bendecida por los magos del firmamento que para nosotros son como los sacerdotes que os bendicen a vosotros. Todo se volvió mágico y en un intercambio de savia regeneradora fuimos felices y concebimos nuestros primeros hijos.

Puedes verlos en lo alto de mis hojas aún unidos a mí por el cordón humbilical.



Con lágrimas en los ojos escuché el final de su bello relato y tímidamente
pregunté:


_ No crees que los frutos de vuestro amor, que va a ser abundante porque tu especie siempre ha sido de las más fecundas en flores, ¿puedan haber heredado aquella facultad de tu Plectranhus de atracción moneteria? Ya sabes que no lo digo por mí, faltaría más...


Su mirada pareció enturbiarse y no me quedó más remedio que cerrar la ventana y dejarla con su propia reflexión. Otro día la convenceré de que no lo dije por propio interes, lo aseguro.

6 comentarios:

maria jesus dijo...

Militos. !La imaginación al poder!

Eres la Corin Tellado de la flora

Militos dijo...

Gracias chata: esto no es imaginación, esto me lo contó tal cual mi geránea.
Besitos

ARCENDO dijo...

Cuando yo te digo...Tan pronto eres la viajera estelar number one, como te pones a conversar con las plantas, como San Francisco con los animalejos...Eres única e irrepetible, me encantas.
A proposito, ¿has visto que en mi post anterior del Gran Torino, más de una, sin yo nombrarte, te ha reconocido?... ¿por qué será?. Guiño, jajaja (risas), y muchos besos.

Luis y Mª Jesús dijo...

No los separes nunca, por favor.
Un beso a esos enamorados y para mi maestra Militos
María Jesús

Terly (Juan José Romero Montesino-Espartero) dijo...

Querida Militos:
Antes de nada quiero darte las gracias por la mención, pero...
"tas pasao"...
Magnífico, NO, pero me siento magníficamente con tu amistad porque ésta sí que es magnífica.
Sabía yo que tú eras capaz de hacer una obra de arte con un geranio, geránia, o lo que se te ponga por delante, y así ha sido.
Tendré que seguir, como quien no quiere la cosa, lanzándote retos, veo que dan un resultado excelente.
Estés donde estés, hacia allí va un beso.

Militos dijo...

Hoy domingo me he dado cuenta que no he contestado a vuestras cariñosas y estimulantes palabras. Ya no es hora y menos para Internet donde todo es casi simultáneo, así que lo hago en general por si acaso os da por aparecer por aquí.
´
Gracias de todo corazón a María jesús, la de Luis que a la otra ya contesté, a mi eterno Arcendo y a mi mentor Terly. Aquí me tenéis, por ahora y hasta que Dios quiera.
Abrazos y besos a los tres