jueves, 30 de julio de 2009

RECUERDOS DEL LAGO BARINGO

Lago Baringo

Queridos amigos:
Algunos ya conocéis lo aficionada que soy al género epistolar, no lo puedo remediar, él y la poesía son mis favoritos, por eso hoy lo he elegido para este post. Y lo he hecho para comunicaros una noticia, de esas corrientes que nos van alegrando este largo y a veces enrevesado camino a la felicidad

Los que me conocéis hace tiempo seguro que recordáis mi excursión al lago Baringo, sí ese que se encuentra en Kenia y que tenía la peculariedad de un árbol donde anidaban miles de pájaros que eran la principal atracción turística del lugar. Desde aquel lago escribí un post, apoyada en el lomo de un cocodrilo, idea esta que fue de nuestra querida María Jesús, la que todo lo comenta, y en él contaba mis peripecias con estos simpáticos animalitos. Ya casi al final de mi estancia, una cocodrila celosa de los juegos que me traía con su amante, se acercó a mi de manera sigilosa para proporcionarme un tremendo bocado en una pierna. Al principio casi ni lo noté de tan sufrida que soy, además en el fondo la comprendía, pues no lo voy a negar, por aquellos días hasta yo misma, que soy lo más negativa que nadie se pueda imaginar, me encontraba sugerente y atractiva, mientras ella, Coca de nombre, presentaba un aspecto ciertamente desagradable, entrada en años y con una piel rugosa y verdusca muy poco apetecible de acariciar. Sin embargo, al regresar de nuestro viaje, comencé a notar ciertas molestias en la pierna del bocado y a medida que pasaba el tiempo se fueron agravando hasta llegar a ser insoportables. Médico, medicinas, andar y más andar, junto con natación a discrección fue la recomendación del doctor. Al ver que aquello no mejoraba cambié de médico y me recomendaron lo contrario: tres meses sin ejercitar la susodicha para nada. ¿Qué veneno tendría entre sus dientes aquella cocodrila para dejarme en tal estado?
Los meses han pasado y por obediente, he logrado una clara mejoría, aunque todavía he de esperar al diagnóstico médico, 12 de agosto, para moverme con cierta libertad. pero el motivo de esta carta es contaros que así como el verano pasado os relataba mis largos de largos que hacía en la piscina, que si alguno recuerda iban acompañados de oraciones por la familia y por cada uno de vosotros, el primer día que éste intenté recuperar mi actividad preferida, me llevé el disgusto de que la inactividad de la pierna casi me condujo al ahogo por inmersión hasta el fondo del agua. Menos mal que a mi lado hacía sus pinitos el Boina Verde, severamente arrestado este año a la levedad de su ejercicio natatorio y pudo sacarme a la superficie poco antes del GLU, GLU, GLU...

A partir de aquel momento, tuve que apropiarme de esa especie de churro de plástico que utilizan mis adorables nietos para flotar y a pesar de sus protestas, con ese intrumento de tortura he conseguido, a fuerza de pataditas de rana y de acordarme amorosamente de la mamá de Coca, algo de fuerza para mi extremidad herida. Por fin ayer pude devolver el churro al nieto que no acababa de comprender cómo su abuela, la del kilómetro a braza del pasado año, se empeñase éste en dejarle sin su juego preferido en el agua.

Sí queridos amigos, éste es el motivo de mi epístola de hoy desde Noray, al fin conseguí volver a nadar, aunque de momento sólo me atrevo con anchos de piscina, pero todo se nadará. Lo que sí continuo a la perfección es con las oraciones por cada uno de vosotros, añadiendo a aquellos seguidores que se incorporaron a mi amistad a lo largo de este año. Año de gloria y gracia divina.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

que la gloria y la gracia divina sean una realidad visible

un beso

Militos dijo...

Para mi así lo es, espero y deseo que para ti también.
beso

ARCENDO dijo...

Eso se cambiar el cocodrilo por el churro de plástico, no le dá tanta emoción aunque sí cierto aire juvenil, yo me quedo con el flotador del patito de goma.
Que la gloria te llene y la gracia esté contigo en Baringo, en Noray y allá donde vayas. BESOS.

Angelo dijo...

Guau que escalofrio he sentido. A quien se le ocurre jugar con cocos-Bueno si eso sirve para dar gracias y rezar, pues bendito bocado.
Un saludo

Terly (Juan José Romero Montesino-Espartero) dijo...

Cuídate, Militos, nada con prudencia y no te fíes del churro que a veces se giran y se convierten en cocodrilo, y... gracias por rezar por todos nosotros que buena falta nos hace.
Un beso.

Anónimo dijo...

Me gustaría conocer de usted algo más sobre el lago de mi apellido. Siempre he tenido ganas de conocerlo, pero no ha sido posible hasta la fecha.
Soy español, misionero católico laico y actualmente resido en Estados Unidos.
Saludos
Antonio J. Estevan Baringo
anjoesba@hotmail.com

Unknown dijo...

Qué gran aventura en el Lago Baringo, qué recuerdos... Será una experiencia imborrable así como el resto del viaje que tuve la suerte de disfrutar en Kenia.
Para un urbanita como yo es lo más cercano a la gran aventura
https://www.youtube.com/watch?v=SxM-RuuIhOo
Un saludo