viernes, 17 de octubre de 2014

LUNA DE SAN JUAN

 
 
 
Cuando la Luna llena iluminaba el suelo de la terraza eran las 3 de la madrugada y mi falta de sueño me llevó a buscarla en el Cielo de San Juan, como tantas veces en mis noches de insomnio, gajes de la edad, pues de joven era bastante dormilona. mi sorpresa fue que el suelo parecía de plata dorada, una alfombra luminosa a mis pies era su reflejo. Levanté los ojos y allí estaba ella, como no podía bajar a mi lado me enviaba este regalo de su reflejo, una luz que iluminaba mi camino  obscurecido por diversas circunstancias.
 
Que poco cuesta descubrir quien está detrás de todo lo creado. ¿Verdad que tú también lo sentías así. La obra de Dios es sencilla, de una hermosura incomparable, nada que ver con lo sofisticado del hombre. 
 
La Luna de San Juan siempre me pareció especial, desde que comenzamos a disfrutarla en este apartamento, regalo a Julio de su madre. Si recuerdas, alguna vez te  comenté desde aquí como yo oriunda del Norte de España, nostálgica de las raíces  de mis antepasados, poco a poco fui apreciando esta tierra alicantina sin sorpresas. Reconozco que fue ella, la Luna, en las conversaciones que manteníamos, la que me movió a volver año tras año a este Mar, a veces tranquilo a veces encrespado en clara imitación del Cantábrico. 
 
Esa parte de tu alma poeta siempre me entendía.
 
 
Esta Luna siempre aparece junto al  edificio que se llama Virgen del Mar y cuya estructura desigual destaca entre todos los demás.
 
 
 
 
 
Desde mi terraza  contemplo su parte trasera cada día y debe ser cosa de mi imaginación, pero me da la impresión de que el arquitecto ha querido darle una silueta que simula una imagen semejante a la de una Virgen con el Niño, ya que su lado izquierdo desde la playa, es más ancho que el derecho, ahí veo al Niño acurrucado.  De ahí el nombre elegido, Virgen del Mar. Su color es gris azulado y sobre el cae una especie de manto azul que en su parte delantera le cubre más.
 
Reconozco que esto es sólo una idea mía y de mi marido que todo lo que invento lo secunda, los demás no terminan por verlo tal como yo. Da lo mismo, sigo en esta idea que me gusta y me mueve a dar gracias.
 
Como siempre, una y mil veces,  doy gracias también por los años que estuviste con nosotros dando sentido a nuestro vivir bloguero y añorando, a veces con lágrimas, a veces con sonrisas,  tu presencia entre nosotros.
 
Sigue siendo difícil y costoso estar sin ti, dieciséis meses ya,
pero Dios sabe más

 

2 comentarios:

maria jesus dijo...

Tienes imaginación, no cabe duda Militos.
¡Que bonita la luna al lado del mar! Me encanta verla reflejada en el agua. Un abrazo fuerte

Rosa dijo...

"Los mejores momentos de la lectura
son aquellos en los que te encuentras con algo
-un pensamiento, una sensación,
una manera de entender el mundo-
que hasta entonces creías
que era íntimamente personal,
que sólo era tuyo; y ahora, de repente,
lo encuentras expresado por alguien,
una persona a la que ni siquiera conoces,
o que hace tiempo que ha muerto incluso.
Y es como si del libro surgiera una mano
y cogiera la tuya”.


Besiños.