Sin duda, la vida es maravillosa, la nuestra y la de los demás, variante, cambiante, con altos y bajos.
¿Quién puede aburrirse si nada es para siempre, si lo malo pasa y lo bueno queda en el recuerdo?
Bebe la vida como quieras, a sorbitos pequeños o a grandes tragos, sin olvidar nunca que todo un Dios, el Dios que es, te la ha regalado, la hizo sin tí y para tí.
Aprende a vivirla.
Aprende a vivirla.
¡APROVÉCHALA!
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