TARDE QUIETA

Qué quieta está la tarde, los árboles estáticos guardan silencio, el viento, el mismo que de mañana agitaba en desordenado abanico sus ramas, ha cortado en seco su vaiven. El viento en esta tierra es distinto a lo que mandan los cánones, nunca es todo Norte ni todo Sur. Y mira que me ha costado convencer de esto a los míos, en seguida salen con el: ¡venga ya! son cosas tuyas. Tuve que recurrir a la comprobación experimental. ¿Qué hice?: Conseguir un molinillo como los que tanto me gustaban en la infancia, claro que éste es más sofisticado, de diseño.

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Lo planté en el árbol más emblemático de la parcela, emblemático no por ser especie en extinción, sino porque en él todos o casi todos han enterrado algo, dos pajarillos que a pesar de los esfuerzos por revivirlos no lo superaron, algun cochecito sin ruedas, un spiderman sin cabeza, una Dora sin brazos...etc..., en esa tierra tan abonada quedó a  merced del viento y ¡Voala! todos los observadores tuvieron que darme la razón porque, con el pasar de los días de verano, el molinillo giraba dirección sur y al momento dirección norte. En esta observación pillé  cada tarde a más de uno. Tal parecía un alocado sujeto de esos que hoy abundan que no tiene idea fija, sino que cambian de dirección a merced de las conveniencias.

 ¿Hablábamos del viento? Más bien fue el intruso que se coló por ausencia en la quietud de la tarde. Sin piar de pájaros, ni revoloteo de golondrinas que abandonaron su  nido hace días; por cierto,  hace ya unos diez años que lo implantaron en el interior de la caseta, precisamente encima de la bombilla que hemos tenido que reemplazar varias veces, algo lamentable porque su valor crematístico ahora debe estar en alza, son historia, ya que, según escuché en un telediario a lo lejos, desde mi rincón favorito, la cocina, eso es lo que todos piensan de tanto verme ¿disfrutar? , año tras año, manipulando alimentos para su goce y disfrute, la verdad es que no quiero defraudarles, pero para mí hace tiempo que este lugar se ha convertido en una simple rutina donde me ejercito en el amor con toda la paciencia que Dios me dió. Como decía, dichas bombillas han dejado de fabricarse para dar lugar a las de bajo consumo  cuyo objetivo debe ser el de camuflar la escandalosa subida del recibo de la luz, aunque ni por esas.

Quieta la tarde, miro a María y al Niño y sonrío porque ellos ya lo estaban haciendo antes que yo.

¡Virgencita del Carmen, qué guapa estás! Tengo muchas cosas que pedirte, pero en esta tarde quieta, sólo mi sonrisa para tí. Voy a  hacerte una confidencia: Cuando levantamos la casa, yo quería haberte colocado en la fachada principal, pero como el que manda, manda, se empeñó en que fuera otra imagen tuya, la del Pilar, no era cuestión de discutir y como todos tus retratos me enamoran,  así se hizo.  Y ahora me alegro, tenerte aquí me encanta, puedo verte desde la piscina, cuando estoy nadando y llego al borde te miro y me animas a seguir. Además me hago la ilusión de que, como de la mar, eres la patrona de la piscina, ya sé que ni compararlo,  pero agua es y Tú cada día la salas un poquito para mí.

He de reconocer que este agosto he podido contemplar los anochecers más hermosos de mi vida, como el que os dejo en este post, eso que no estoy en la mar , por algo será.