sábado, 8 de febrero de 2014

GRACIAS CAPITÁN



 
 
Ya ves, Capitán, tanto enfurruñarme por tu marcha, hoy vengo a darte gracias, como tantas veces hice en tu blog.
 
A agradecerte vengo de todo  corazón por algo que gracias a ti y al buen Dios pude vivir con tu familia y algunos amigos. Sí, hablo de tu funeral, que yo no llamaría así porque en realidad fue una Misa de acción de gracias (otra vez, gracias) por tu existencia compartida con nuestras vidas, aunque con algunos de nosotros sólo fuera de manera virtual, pero que llegó a transcender más allá de la pantalla en una comunión de todo lo humano y lo divino. Llegué a sentirte hermano, amigo del alma a quien confiar ideales y sentimientos, algo  difícil de conseguir en el mundo de hoy.
 


 
 
 
Esa misa tuya, en la recogida Iglesia de San Pío X, la sentí como un detalle que Dios Padre me entregaba de tu parte, ya que no pude despedirme de ti. Sencillo, íntimo, sin ostentación alguna, familiar y amoroso. Se veía el recogimiento y el amor en todos, en Guadalupe y tus hijos, también en cuantos en orante silencio ofrecíamos la Santa Misa por ti, Capitán querido. Aquella Misa que, con nuestras lágrimas, era un canto de gloria y agradecimiento al Señor por habernos prestado por un tiempo a alguien como tú.
 
 
 
Qué bien se estaba en aquel templo, al que acudimos con la esperanza de escuchar, por parte del sacerdote y de tu propia familia, lo que sabíamos de antemano que íbamos a escuchar: "Antonio está salvado", "Antonio tenía el secreto de la felicidad"; palabras que una y otra vez me repito a mi misma, palabras que fueron como un guión que llevábamos aprendido a través de cada post de tu HOJA.  
 
Qué cálido dolor nos recorría por las venas aquella tarde de junio, doce días apenas de tu marcha, en aquel contacto con tus seres queridos, al palpar cuanto amor repartiste, cuanto amor te llevaste y cuanto amor dejaste en la tierra.
 
Cálido dolor que sigue corriendo por mis venas a la espera de nuestro  reencuentro en la Casa del Padre.
 
Te confieso, Capitán de los Tercios Blogueros (Cómo me gusta cuando veo que otra querida bloguera también te llama así)  desconocer que cuerda de arpa ha sonado hoy en mi interior para recordar un día como aquel. Ni siquiera se cumplen meses de tu partida. 
Sea como sea vaya este post para decirte, todavía con lágrimas:
 
GRACIAS, GRACIAS, MI QUERIDO CAPITÁN

2 comentarios:

Unknown dijo...

Hoy que vengo de visita, me encuentro con estas hermosas palabras para el amigo que se extraña.
Te mando un abrazo Militos.

Rosa dijo...

Precioso.

Un beso muy fuerte, querida amiga.