REFUGIAME
Refugiame,
Señor, de esta pena, esta desgana, este arrastrar la vida...
Todo permanece
hermoso a mi alrededor y esa herida honda me aleja de todo.
Ya no tengo
mirada para la belleza, para ver el sol que dora los trigales, la luna que
blanquea la noche oscura, las estrellas que iluminan los cielos, el amor que
hermosea los corazones apagados...
Señor, ni
siquiera pido que cierres esta herida, quiero vivir con ella el resto de mis
días. Refúgiame, Señor, de todo el mal que en mi anida, refúgiame, no me cures,
nunca me quites el dolor de esta herida, quede siempre abierta, sin solución de
continuidad, abierta y en tí siempre refugiada.
¡Oh Dios, dador
de todos los dones, refúgiame!
1 comentario:
Sólo, gracias, que bueno es refugiarse en el Señor.
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