martes, 22 de junio de 2010

POR UN DÍA




Lo mejor a veces es enemigo de los bueno, por eso, cuando intentamos superar alguna deficiencia personal, no hay nada como luchar cada día como si fuera el único en nuestra pelea.
Al parecer, el papa Juan XXIII, así lo entendió:

Sólo por hoy, trataré de vivir exclusivamente el día, sin querer resolver el problema de mi vida todo de una vez.

Sólo por hoy, tendré el máximo cuidado de mi aspecto: cortés en mis maneras, no criticaré a nadie y no pretenderé mejorar o disciplinar a nadie, sino a mi mismo.

Sólo por hoy, seré feliz en la certeza de que he sido creado para la felicidad, no sólo en el otro mundo, sino en este también.

Sólo por hoy, me adaptaré a las circunstancias, sin pretender que las circunstancias se adapten todas a mis deseos.

Sólo por hoy, dedicaré diez minutos de mi tiempo a una buena lectura: recordando que, como el alimento, es necesario para la vida del alma.

Sólopor hoy, haré una buena acción y no lo diré a nadie.

Sólo por hoy, haré por lo menos una cosa que no deseo hacer; y si me sintiera ofendido en mis sentimientos procuraré que nadie se entere.

Sólo por hoy, me haré un programa detallado. Quizás no lo cumpliré cabalmente, pero lo redactaré. Y me guardaré de dos calamidades: la prisa y la indecisión.

Sólo por hoy, creeré firmemente, aunque las circunstancias demuestren lo contrario, que la buena providencia de Dios se ocupa de mí como si nadie existiera en el mundo.

Sólo por hoy, no tendré temores. De manera particular no tendré miedo de gozar de lo que es bello y de creer en la bondad.

Juan XXIII

2 comentarios:

maria jesus dijo...

Son las siete de la mañana. Son unos buenos propósitos para hoy. Ya te contaré

Caballero ZP dijo...

Sabios consejos, intentaré seguirlos al pie de la letra.
Saludos