AMALIA

Amalia, Esther y la falta de inspiración en la playa de Cádiz

Si ya lo decía yo, tanta agua cerca del cerebro, a pesar del horroroso gorro, no puede ser buena. Nadie se creía que iba afectar a mi inspiración, pero yo, que me conozco bien, estaba segura de que se iba a notar. Lo que ocurre es que estos, son tan buenos amigos, que disimulan para que no me sienta mal. En el fondo me compadecen. A mí me da igual si se aburren leyéndome y no lo dicen peor para ellos. Y menos mal que he recurrido a este socorrido invento de publicar tarjetas de felicitación navideña, con lo que voy rellenando lagunas de posteo. Hasta que se percaten que sólo es un truco para paliar mi sequedad imaginativa que debe ser inversamente proporcional a la humedad, como dice Terly, del agua de la piscina.



De todas formas estoy muy contenta por dos motivos:
El primero porque ya no me he vuelto a chocar con nadie y eso que continuan sin semáforos en las vías de circulación acuática. Tengo que decirle a Desire que ya lo propuse, como ella me había indicado que hiciera. Pero nada, como el que oye llover o como el que deja un comentario en el blog de Pepiño. Lo importante es que ya aprendí a circular sin problemas.


El segundo motivo de mi alegría, eso que hoy andaba un poco escasa de jolgorio, es que este año me van llegando más felicitaciones que otros. Estoy segura que se trata de una reacción positiva a esos intentos de que los símbolos religiosos desaparezcan de nuestra Patria. El hecho de que te escriban felicitaciones ya es una garantía de que tú vas a hacer lo mismo. No es para menos: "Amor con amor se paga". De la misma manera que si tu eres el primero en felicitar, verás a rebosar tu buzón de bonita correspondencia y no tendrá nada que ver con facturitas de bancos o publicidad de restaurantes chinos. No es que yo tenga nada contra los chinos, pobrecillos que no celebran las Navidades como Dios manda, claro que tampoco hace falta ser chino para semejante aberración, con ser español progre...

Sea como sea, el hecho es absolutamente cierto. Hoy he destrozado dos sobres porque me comía la impaciencia, a pesar del abrefácil, y ahí estaban dos tarjetas más. Es verdad que una es del Corte Inglés, pero aprovecho para publicarla como si fuera de Terly.¿Y la otra?: de Amalia, mi amiga , bueno amiga de mi hija Sara, pero siempre los amigos de mis hijos terminaron siendo mas míos que suyos. El caso es que su felicitación es preciosa y su dedicatoria como un poema de Navidad. Esta noche no publico ninguno de poetas famosos, con una partecita de la tarjeta de Amalia ya es suficiente:

"¡Ya está aquí la Navidad! Es la época del año que más me gusta. LLega el 1 de diciembre y me entra un espíritu navideño que me tiene todo el día cantando villancicos. Lo heredé de mamá que también disfrutaba muchísimo de estas fiestas. Espero que estas Navidades sean muy, muy felices, tranquilas y familiares y que el próximo año venga cargadito de felicidad, amor, paz, salud, alegría y risas."

¡Cómo me conoce! sabe que lo que más me gusta cuando estoy con ella son esas risas interminables que nos echamos juntas. No hay nadie como ella. Amalia es soltera, vive sóla en Cádiz y echa mucho en falta a su madre que murió hace poco. No hace falta decir que es la bondad en grado heroico, sólo con leer sus palabras ya se entiende.

¿Cual de las dos tarjetas es la del Corte Inglés y cual la de Amalia?

Mañana procuraré nadar sin mojarme demasiado la cabeza a ver si escribo algo más ocurrente.