AUTÉNTICA DESPEDIDA

Lago Baringo

Querido Noviembre:

Al final he decidido dejarte por unos días, necesito alejarme de tí porque me estás absorbiendo demasiado y no funciono como debiera. No te enfades conmigo, sabes que eres mi preferido, pero pesas demasiado en mi alma y debo aligerarla, por lo menos unos gramos. Tengo que cuidarla, por su delicadeza y fragilidad puede terminar ahogada en tu abundancia de lágrimas. Y antes que a tí, la necesito a ella porque soy lo que ella es, si ella se ahoga yo lo habré hecho primero. No te preocupes, sólo van a ser diez días y vuelvo. Es verdad que el destino elegido se encuentra un poco lejos, allí es donde me apetece estar. Reponerme de tu tormento constante. Te lo explicaré bien para que sepas donde voy a residir aunque no quiero que vengas a buscarme, por las lluvias y los fríos con que este año te has pertrechado, no te dejarían entrar. Allí hace calor, calor inmenso, apasionante sol que revitaliza y hará alejarse todas esas sombras que, en tan sólo cinco días, has ido repartiendo por todos los rincones de mi atribulado espíritu

Mi querido Noviembre, seguiré llamándote así porque siempre, siempre serás así para mí. Cuando decidí amarte ya sabía lo que me aguardaba. Dicen que el dolor acompaña siempre al amor y no por eso me deshago de tí. Porque me dueles, te quiero más y más. Veo que has dejado de llorar y ya puedo explicarte mi destino elegido.

Es el lago Baringo, ¿has oído hablar de él?. Se encuentra en Kenia, en el corazón de Afríca y dicen que son los pájaros quienes principalmente habitan en su contorno. En lo alto de cada árbol pueden enraizar treinta o cuarenta nidos de aves distintas y si bajo ellos montas la tienda, no necesitas despertador. Su concierto, nada más contemplar el sol naciente, deleita tus oídos y tu sensibilidad, adormecida por la gravedad de las grandes ciudades, renace al instante con el primer trino. Me acaban de contar que Baringo es el paraiso para los ornitólogos. No es que yo lo sea, pero conocer más de 460 especies de pájaros diferentes me apasiona como no te puedes imaginar. No quiero que me juzgues como un vulgar turista de los muchos que acuden únicamente para observar este fenómeno. No soy una turista, es que mi deseo de experimentar lo nuevo y desconocido me domina, estos últimos tiempos, de manera incontrolada.

Otro fenómeno ofrece también este lago: una población de 500 cocodrilos y 150 hipopótamos a los que te puedes acercar con facilidad, en una especie de canoa guiada por los nativos. No te asustes, a pesar de que estos animales suelen acercarse a la embarcación, nunca abren sus fauces al hombre que sólo desea verlos de cerca. De todas maneras te confieso que no me seduce la idea de dicha contemplación.

Y ya me resulta imposible continuar con esta despedida, no vaya a ser que pierda el avión. Te dejo un mapa para que me situes en el lugar exacto. Yo no consigo localizarlo a estas horas de la noche, pero mañana lo buscaré más despacio. Volveré Noviembre querido, y de todas formas si no puedes localizarme en el lago Baringo date una vueltecita por San Juan (Alicante, España) porque pudiera ser que a última hora cambiara de idea. Ya me conoces, algo veleta si que soy.

No olvides que te quiero, bloguera y bloguero que este rollo acabas de leer