Hoy, por fin, después de diez días de mi llegada, he podido sentarme frente al mar de Cádiz, bañarme con su brisa. Su aroma a sal y peces llegaba al fondo de mis pulmones para sanearlos. Su color grisáceo conjugaba con mis pensamientos. Y el sonido constante y bravo de su oleaje era, para mi ánimo caído, como una canción bravía de empuje y avance:
"Sigue adelante, sigue adelante..., toma mi fuerza, toma mi constancia, olvida que mis mareas terminan en esta playa bajo tus pies. Levanta la vista, clava tus ojos en la lejanía y dime qué ves allí de mi":
Inmensidad, exclamé sin necesidad de pensar, inmensidad para quien odia los límites, para mi que nunca estoy satisfecha. No tienes un final, te pierdes entre el horizonte y el Cielo, inmensidada lo largo y ancho. Tal vez por eso dicen las Sagradas Escrituras que al fin del mundo ya no habrá mar, te fundirás con el Cielo, como nuestras almas se fundirán en el seno de Dios.
Inmensidad, exclamé sin necesidad de pensar, inmensidad para quien odia los límites, para mi que nunca estoy satisfecha. No tienes un final, te pierdes entre el horizonte y el Cielo, inmensidada lo largo y ancho. Tal vez por eso dicen las Sagradas Escrituras que al fin del mundo ya no habrá mar, te fundirás con el Cielo, como nuestras almas se fundirán en el seno de Dios.
A lo lejos un barco mercante, permanecía fondeado cerca de la punta de San Felipe, mirando a Rota. Más acá un grupo de jóvenes cortaban las olas con sus tablas de Surf, en un juego arrogante de lucha y vencimiento. Mientras, el sol tranformado en resol, hacía giños en los ojazos grises, más azulados que el mar, de mi nieto, en tanto, él jugaba con mi dedo anular. Eso y respirar a tragos el mar, inutilizaba cualquier otro deseo o añoranza. Ese fue el momento logrado, vino a mi esta mañana junto al mar, cuando dicen que Madrid amanecía nevado. Vino y en una de sus olas arrampló con mis últimas penas y dolores, dolores que siguen doliendo,.
Mar de Cádiz, fenicio y alentador de sueños atlánticos. Mi corazón hoy revivió con tu salitre cicatrizante. No hacía falta que cambiaras tu color, así gris, gris azulado como los ojos de mi nieto, fuiste hoy mi felicidad.
6 comentarios:
Me alegra el corazón leerte así!
y que bello está tu nieto mi querida Militos!
bendiciones para toda tu linda familia,
cuídate mucho, y disfruta!
Besitos llenos de paz para ti!
Qué tierna entrada...el color de tu querido mar se encuentran en los ojos de tu nieto. Una preciosidad de criatura. Felicitaciones por el orgulloso abuelo.
Recibe un cordial saludo desde Berlín.
Acabo de leer tu mensaje de q te has caído!! por Dios!! espero q te encuentres bien, te dejo besitos y cuídate mucho!! :D
p.d: q chulo esta el nieto!!!! :D
Me alegro infinito que después de los malos tragos vividos últimamente, hoy, ese mar de Cádiz, te haya colmado de felicidad; denoto en lo escrito tu sonrisa.
Un beso.
Precioso niño. Intuyo que algo te ocurre, no se que es, pero pido por ello.
Que pases muy Feliz Navidad con todos los tuyos, que es lo importante.
Un beso, querida Militos
Vaya Militos, me alegro que no haya sido nada y que estés bien.
Me da tristeza reconocer que últimamente casi no visito blog ni le dedico tiempo al mío. Los estudios ahí van, estoy aprovechando la Navidad para darle un buen empujón, así que a ver como sale el cuatrimestre.
Muchas gracias por tu visita y Feliz Navidad para tí y toda tu gran familia!
Besos
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