viernes, 28 de agosto de 2009

SONRIE AMIGO/A


Copiado a Concha Zaragoza en FB

HACIENDO UNOS HOYOS


Estaban jugando al golf Moisés, Jesucristo y un anciano.

Moisés es el primero en golpear. Coge el palo, se prepara y ¡paff!: La bola termina en el agua. Pero, volviéndose a sus compañeros, Moisés les dice: 'No pasa nada'.

En efecto, coge el palo, lo hinca en el suelo y las aguas se separan, tras lo cual le pega de nuevo a la bola, que termina en el hoyo.

Llega el turno de Jesucristo. Coge el palo, se prepara y ¡paff!: La bola termina también en el agua. 'No os preocupéis', dice Jesús a sus compañeros de juego.

Ni corto ni perezoso se dirige al estanque, empieza a caminar sobre el agua, llega a donde está la bola flotando, le pega de nuevo y... al hoyo.

Por fin, le toca le turno al anciano, que coge el palo, se prepara y ¡paff!: La bola va directa al agua.

Pero justo antes de llegar, sale un pez y se come la bola. Y antes de que el pez caiga de nuevo al agua, aparece una gaviota que se come al pez. Tras un corto vuelo, a la gaviota le cae un rayo, que la fulmina en el suelo, donde abre el pico, sale la bola y se cuela en el hoyo.

Entonces Jesucristo se vuelve al anciano y le dice: 'Mira, papá, si empiezas con chulerías, yo no juego'.

5 comentarios:

Juliana Gómez Cordero dijo...

Militos, muy gracioso pero deja una moaleja. Todo sirve para demostrar el poder de Dios.
besos, amiga.

Terly (Juan José Romero Montesino-Espartero) dijo...

Muy bueno, Militos, muy bueno...
Un beso.

Raquel YG-I dijo...

Madre, es geniaaalll!!!. Un besiño, te veo esta tarde.

amor que soy dijo...

genial, me ha encantado, de verdad

Militos dijo...

Juliana: qué razón tienes, Dios puede hacer eso y todo lo demás.
Besitos, amiga

Terly: hay que reir o sonreir cuanto más a menudo mejor.
Un beso

Raquel: cuéntaselo a tu hijo que le encantan los chistes y siempre anda él contándomelos a mi.
Besitos


Amor: a mi me hizo mucha gracia, pero a lo mejor es algo irreverente, aunque sé de buena tinta que Jesús tenía muy buen humor, de lo contrario no se hubiese entregado por nosotros.
Un beso