UN SUEÑO

Que no sueñe, ¿me dices? Si tú llegaste a mí porque yo te soñé ¿o tal vez crees que nuestro encuentro en el paseo fue casual? Soñadora me llamas y desde aquel día todo vino a mí porque lo soñé: tus ojos grises, tu pelo rubio, tu onda sobre la frente, tu rostro de niño, tus manos de música... , tu risa por todo, tu paso largo... Todo fue antes dibujado y apresado en mi mente dormida. Por eso lo supe desde el primer momento, desde la primera mirada, eras tú porque nadie antes había sido soñado por mi. Es verdad que la paciencia y el Tango Azul fueron todo un preámbulo para ti. Tuve que aguardar a que tú te dieras cuenta de que eras tú. No hice nada para tu certeza, sólo aguardar a que el sueño se impusiera a toda realidad. Y se impuso de tal manera que aún sigue soñado.

Hoy he vuelto a soñar y tengo miedo, mi sueño era de agua. Las lágrimas hacían de mi cuerpo una isla desierta, sola, sin nadie a mi lado, sin naúfrago, sin vela, sin tabla ni fuego de llamada. Toda yo flotaba en un mar de llanto, sin razón, sin dolor. Amargo llanto que no atraía a ningun barco, que no acercaba a mis manos botella alguna para el mensaje que colgaba de mis dedos, letras pegadas a un papel marchito que no podía leer. Horas debí pasar así.

Sin saber de donde procedía, en medio de aquel mar de lágrimas, algo se posó en mi hombro y desperté. Desperté aliviada, al roce de tu mano comprendí que el agua, la isla, el llanto... no fueron un sueño, todo pesadilla fue.





ESTE VIDEO TAMBIÉN ES UN REGALO DE MI QUERIDA AMIGA CONCHA, A LA QUE HE CONOCIDO EN FACEBOOK