He encontrado una poesía preciosa que quiero enseñaros porque viene muy bien para esos momentos en que parece que El no está.
Aquí, Señor, yo sé que estás aquí,
en los cuatro rincones de esta sala,
en el centro, en el aire suspendido
como lámpara inmovil, invisible.
Oigo palabras tuyas. Están cerca
tus labios y me besas por la sombra
tenaz. Eres palabra hundida dentro.
Oigo tu pulso claro por mi oscura
sangre. Yo sé que estás aquí, Señor.
Yo sé que estás. Y que una noche,
cuando menos lo espere,
darás luz y encenderás tu lámpara.
Yo sé que estás aquí, Señor.
Yo sé que estás.
Rafael Alfaro
Y una sonata para Arcendo que las colecciona
Beethoven___ Moonlight
5 comentarios:
Precioso el poema, de verdad, hoy me lo guardo, porque me es muy necesario, gracias por estos regalos, no tienen precio, tan solo se entienden desde el afecto que nos tenemos.
La sonata, sublime.
Besos.
La poesía es una preciosidad...
Que está aquí, Militos, seguro...
pero escuchando el Claro de Luna de Beethoven yo diría que hasta le he tocado.
Un beso
Pero mira que sois agradecidos los dos, si una lo único que hace es buscar lo que nos puede venir bien en determinados momentos. ¡Vaya un mérito!. El mérito es de personas como Alfaro y Beethoven a los que Dios otorgó un don y supieron sacarle rendimiento para bien de la humanidad.
Terly: ¿De verdad que le has tocado? eres un poeta privilegiado.
Un beso
Arcendo: mE alegro haber acertado y que puedas sacarle provecho. Ya sabes que ËL nos amó primero para que nosotros aprendiéramos a amarnos como hermanos.
Besucos, como diría la santanderina de mi madre.
todo un ejercicio de luz, de fe y de esperanza
Muchas gracias Amor
Un beso
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